Queridos amigos, os invito a transitar juntos mi blog.

Ven, vagamente,
ven, levemente,
ven solo, solemne, con las manos caídas
a tu lado, ven
y trae los montes lejanos junto a los árboles próximos,
funde en un campo tuyo todos los campos que veo,
haz de la montaña un bloque sólo de tu cuerpo...

(Fernando Pessoa)

04 junio 2018

Laico réquiem para Elvira Daudet


Elvira Daudet. Elvira, siempre en nosotros:

Pequeña en su grandeza,
frágil en su tenacidad,
esperanzada en su escepticismo,
doliente en su vivacidad,
ilusionada en sus decepciones,
débil en su fortaleza,
alegre en sus dolores,
terrible en su palabra,
dulce en su dureza,
sarcástica en su inocencia,
íntegra en su diversidad,
sagaz en su ingenuidad,
serena en toda turbamulta,
resistente en su contrariedad,
adusta en su simpatía,
feliz en su infortunio, que fueron infortunios,
soñadora en sus insomnios,
somera en su profundidad,
sosegada en su audacia,
sencilla en su complejidad,
transparente en sus turbiedades,
cautivadora en su independencia,
liviana en su rotundidad,
solidaria en su refugio,
seductora en su mirar,
elegante en su pasear la tierra,
simple en su laberinto,
pacífica en su acero,
guerrera en toda paz,
firme ante la adversidad,
contenida en su desmesura,
generosa con largueza en su precariedad,
creadora en su mundo, en su familia,
amiga en su soledad,
ligera en su contundencia,
indispensable en su humildad…

Elvira:
insobornable, solidaria, jamás triste, implacable contra la maldad…
Todo esto fue, es y será en nuestros corazones Elvira Daudet.
Para muchos la imagen en sus versos de unos zapatos vacíos nos recordarán siempre la profunda ligereza con que la Gran Dama de la Poesía Española, nos regaló su tiempo, su caminar a nuestro lado.
Elvira Daudet:
escritora, periodista, comprometida, apasionada, novelista, poeta, infinitamente bella.
Elvira Daudet: mujer, mujer, mujer. Y lo repito una vez más: mujer.

Para Jorge, Isla, Álvaro y Río con todo el Amor.