Queridos amigos, os invito a transitar juntos mi blog.
Ven, vagamente,
ven, levemente,
ven solo, solemne, con las manos caídas
a tu lado, ven
y trae los montes lejanos junto a los árboles próximos,
funde en un campo tuyo todos los campos que veo,
haz de la montaña un bloque sólo de tu cuerpo...
(Fernando Pessoa)

Hace dos semanas, ya con mi 52 aniversario a la vista,
cumplí uno de esos sueños que tenía desde adolescente... subir el Kilimanjaro,
la montaña más alta en las diversas y doloridas tierras de África, la tierra
que me regaló la mínima dignidad que encauzó mi vida definitivamente hace
treinta años.
Hoy lo quiero compartir con vosotros pero no por el motivo
personal sino para reivindicar que movilicemos todos nuestros esfuerzos en la
lucha contra el cambio climático.

2015 es un año crucial en esta lucha pues dentro de unos
meses la cumbre de París abrirá la posibilidad de tomar las acciones necesarias
que detengan este proceso de suicidio y autodestrucción en el que algunos están
empecinados en sumirnos.


“La ascensión al Kilimanjaro en Tanzania, la cumbre más alta
de África, nos ofrece una estremecedora muestra de la biodiversidad de nuestro planeta.
Partimos de la selva tropical y atravesamos luego zonas de páramo y desierto
alpino hasta alcanzar los 5.895 metros, donde asistimos al bellísimo y a la vez
preocupante espectáculo de su glaciar. Un glaciar en evidente peligro de
extinción debido a la incapacidad humana para detener el cambio climático
provocado por nosotros mismos. A lo más alto llegó la insignia de WWF
reclamando una decidida acción para preservar nuestros ecosistemas”.
(Jaime Alejandre, socio de WWF) (Fotografías © Jaime
Alejandre y José Hernández)
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