Queridos amigos, os invito a transitar juntos mi blog.

Ven, vagamente,
ven, levemente,
ven solo, solemne, con las manos caídas
a tu lado, ven
y trae los montes lejanos junto a los árboles próximos,
funde en un campo tuyo todos los campos que veo,
haz de la montaña un bloque sólo de tu cuerpo...

(Fernando Pessoa)

07 octubre 2015

Miquel Martí i Pol

En esta hora de fratrías y odios entre nacionalismos (el españolista y el catalanista) quiero recordar a un poeta heterodoxo, catalán, periférico, olvidado y ninguneado -como es norma habitual- por el resto de esta dolida y doliente España.
Nacido en 1929 y autor de poesía social en su momento (poesía social a la que llegó tras la crisis existencial producida por su rebelión frente al catolicismo imperante con que se le había educado; muchos poetas de esta generación acabarían en la poesía social como modo de resolver este conflicto personal) se le debería adscribir a la Generación del 50, pero seguramente es uno de esos que como Rafael Pérez Estrada son poetas inclasificables.
A los 19 años contrajo una tuberculosis pulmonar que le provocó, como a tantos otros, ciertamente, una indomeñable afición por la lectura. Lo que la literatura debe a la tuberculosis es cosa para estudiar…
En fin, a los 25 años publica su primer libro al que seguirían otros casi cuarenta que editaría en vida, sin contar sus traducciones al catalán (como la de la obra de Saint-Exupéry).
Como ha dicho Pere Farrés, estudioso de su obra, la poesía de Martí i Pol entra de lleno en la corriente que se ha llamado "realismo histórico”. Los obreros que van a trabajar cada día, en la fábrica o subiéndose por los andamios, las mujeres que hacen el trabajo de casa, los jubilados, son los protagonistas de estos poemas, sus "héroes", porque el poeta los eleva a esta categoría al considerar su trabajo, su vida, una auténtica gesta casi épica. El poeta, finalmente, se siente comprometido con la gente de su pueblo y su fábrica y, por extensión, con la clase social de la que forman parte, hasta el punto de poner su voz y su gesto -discurso y acción- a su servicio: "De ellos quiero hablar, al hablar de la gente de ahora. / De ellos quiero hablar. Sin ellos, yo no existo". Obviamente, una poesía de este tipo se expresa a través de un lenguaje directo y asequible; sin embargo, lejos de caer en el peligro del panfletismo, Martí i Pol consigue mantener el valor poético de sus textos a través de una elección esmerada del léxico y del uso recurrente de metáforas e imágenes sencillas.
Sin embargo a finales de los 60 se le diagnostica una esclerosis múltiple y su poesía se interioriza; ahora se imponen la soledad, la angustia, una cierta presencia de la muerte, y el poeta define un mundo reducido y cerrado, lo único que percibe como posible en las nuevas circunstancias que le toca vivir. En este contexto, los sentidos desempeñan un papel importante -en especial la vista y el tacto- porque son los instrumentos que le permiten fijar los límites de su realidad. Sin embargo no cae nunca en la desesperanza, sino que se afana siempre por aferrarse a la vida: con las limitaciones que sean necesarias, pero vivir. Y ello en unas condiciones difícilmente imaginables. Él mismo nos las describe: “la enfermedad me impide casi totalmente andar y, aparte otra amenidades de menor cuantía, me plantea serios problemas de equilibrio, me obliga a una penosa lentitud en cualquier actividad manual por falta de coordinación, y casi me ha paralizado la musculatura del cuello y de la boca, con la consiguiente dificultad para tragar alimentos y sobre todo para hablar”.
No obstante a mediados de los 80 fallece su esposa y progresivamente la poesía de Martí i Pol da un nuevo giro, definido por el desconcierto, el desencanto, la inseguridad. Hasta desembocar en sus últimos libros, en especial  “Después de todo”, en un sereno canto a la muerte.
Un poeta para releer…

De Estimada Marta. (Amada Marta)

Debades plou en algun lloc remot.
Tot és suau, i aquests instants que passo
configurant records que no he viscut
són uns instants d'intimitat extrema
densament plens de tot allò que vull;
moments de vida il.limitada i clara.
Debades plou. També debades xisclen
els falciots ran de finestra, i s'omple
molt lentament el càntir de la tarda.


En vano llueve en un lugar remoto.
Todo es suave, y los instantes  que paso
dando forma a recuerdos no vividos
son instantes de extrema intimidad,
densos, colmados por lo que deseo;
tiempo de vida ilimitada y clara.
Llueve en vano. También en vano gritan
junto al cristal vencejos; de la tarde
con lentitud el cántaro se colma.


Molt més auster que mai, i més adust,
ara que bé podria aparentar
una actitud llunyana i displicent,
atès que els anys no compten per a mi
com per a l’altra gent, faig el que puc
-ben poca cosa-per mantenir tens
tot el cordam dels versos i el teixit
d’aquesta vida fonda i vehement
que em toca viure. No desistiré.
Ho faig per mi i ho faig, també, per tots.
Hi ha un cert espai i un molt incert destí,
destí i espai els omple cadascú.
La veritable mort és desertar.


Más austero que nunca, y más adusto,
ahora que podría aparentar
una actitud lejana y displicente,
ya que los años no cuentan para mí
como para otros, hago cuanto puedo
-bien poca cosa- por mantener tensa
la trama de los versos y el tejido
de esta vida profunda y vehemente
que me toca vivir. No abdicaré.
Lo hago por mí, pero también, por todos.
Hay un espacio y un destino inciertos:
destino, espacio, cada cual los llena.
La verdadera muerte es desertar.


De Després de tot. (Después de todo)

Principis

He endreçat el calaix; ja l’hi tenia
però no se sap mai què pot passar
si ve que, fet i fet, em globalitzen.
Amb l’endreça defenso una misèrrima
quota de poder: la de pensar
lliurement el que vulgui i comportar-me
discretament d’acord amb el que pensi.
Funambulesc, faig tràgics equilibris
entre el silenci i la procacitat
i menjo poc i bec encara menys
per si tornen els dies de penúria.
No passaré de vell, però confio
que sempre hi haurà algú per recordar
que el sol surt per tothom, i cada dia.


Principios

He ordenado el cajón; ya lo estaba
pero nunca se sabe qué puede suceder
si ocurre que, después de todo, me globalizan.
Al ordenarlo defiendo una misérrima
cuota de poder: la de pensar
libremente lo que quiera y comportarme
discretamente con arreglo a lo que piense.
Funambulesco , hago trágicos equilibrios
entre el silencio y la procacidad
y como poco y bebo todavía menos
por si regresan los días de penuria .
No pasaré de viejo, pero confío
que siempre habrá alguien para recordar
que el sol sale para todos, y lo hace cada día.


A tall d’exordi

Qualsevol de nosaltres, perdedors
irreverents i lúcids, i també
qualsevol d'ells, els altres, instal·lats
en castes de poder i privilegi,
un matí qualsevol, des de la trista
permuta del mirall, podem sentir-nos
exiliats sense sortir de casa.
I què farem, llavors? Invocarem
lleis i preceptes? Cridarem a comptes
els descreguts? Renegarem els déus?
Així s'expressa el temps, sense cap llei
d'impietat, i és bo saber-ho i dir-ho
per assajar de viure amb els sentits
i els sentiments en perpètua vigília.
Mirar la vida cara a cara és un
recomanable i prudent exercici
d'humilitat, una activa i discreta
conspiració que ens apropa a aquell nucli
tan oblidat de nosaltres mateixos
en què a vegades és dur descobrir-se.
Créixer també és saber que la tristesa
i fins i tot l'afront no són, per sort,
exclusiva dels vils, sinó un grotesc
patrimoni de tots, i que pels ulls
dels marginats, dels pobres, dels vençuts,
se'ns en va a tots plegats el goig de viure
harmoniosament i amb alegria.


A modo de exordio

Cualquiera de nosotros, perdedores
irreverentes y lúcidos, y también
cualquiera de ellos, los otros, instalados
en castas de poder y privilegio,
una mañana cualquiera, desde la triste
permuta del espejo, podemos sentirnos
exiliados sin salir de casa.
¿Y qué haremos, entonces? ¿Invocaremos
leyes y preceptos? ¿Pediremos cuentas
a los descreídos? ¿Renegaremos de los dioses?
Así se expresa el tiempo, sin ningún tipo
de impiedad, y es bueno saberlo y decirlo
para probar a vivir con los sentidos
y los sentimientos en perpetua vigilia.
Mirar a la vida cara a cara es un
recomendable y prudente ejercicio
de humildad, una activa y discreta
conspiración que nos acerca a aquel núcleo
tan olvidado de nosotros mismos
en el que a veces es duro descubrirse.
Crecer es también saber que la tristeza
e incluso la afrenta no son, por suerte,
exclusiva de los viles, sino un grotesco
patrimonio de todos, y que por los ojos
de los marginados, de los pobres, de los vencidos,
se nos va a todos el gozo de vivir
armoniosamente y con alegría.


Plets

Pledejo amb mi mateix i mai no sé
si guanyo o si perdo. Ja fa més
de no sé pas quants anys que dura el joc
i cada nit hi ha uns ulls que m'interroguen.
Onsevulla que vagi m'enduré
l'ombra estrafeta i el farcell dels dubtes
i els desenganys, perquè el blau dels miratges
no em faci perdre el nord i si envelleixo
sigui a ritme de plets amb mi mateix
per entendre, si puc, quin vent m'impulsa:
moriré més tranquil, quan sigui l'hora.


Pleitos

Tengo pleitos conmigo y nunca sé
si gano o pierdo. Ya hace más
de no sé cuántos años que este juego dura
y cada noche unos ojos me interrogan.
Dondequiera que vaya llevaré conmigo
la sombra contrahecha y el fardo de las dudas
y los desengaños, para que el azul de los espejismos
no me haga perder el norte y si envejezco
sea a ritmo de pleitos conmigo mismo
para entender, si puedo, qué viento me impulsa:
moriré más tranquilo, cuando llegue la hora.


Primera proclama

Tinc ancorades a no sé quin port
les barques  del retorn, i m’avindria
potser a desarborar-ne tots els pals
a canvi de no res, perquè ara ja
no em  sedueix intensament cap ruta
i em fa falta ben poc per sobreviure.
En clau de vell faig recomptes furtius
d’enganys i desenganys, i amb la mirada
més que amb el gest em desvetllo capricis
que mai no s’acompleixen. A recer
d’aquesta vida visc i encara em queda
sorprenentment l’humor de proclamar-ho,
com aquell que no vol, en aquests versos.


Primera proclama

Tengo ancladas en no sé qué puerto
las barcas del regreso, y aceptaría
quizá desarbolar todos sus mástiles
a cambio de nada, porque ahora ya
no hay ninguna ruta que me seduzca intensamente
y me hace falta muy poco para sobrevivir.
En clave de viejo hago recuentos furtivos
de engaños y desengaños, y con la mirada
más que con el gesto despierto en mí caprichos
que nunca se cumplen. Al abrigo
de esta vida vivo y aún me queda
sorprendentemente el humor de proclamarlo,
como quien no quiere la cosa, en estos versos.



(Traducción de los poemas Carles Duarte y el propio autor; fotografía miquelmartiipol.cat)