
Cuando no es veintiocho de diciembre hay bromas que sólo pueden ser de mal gusto. La unanimidad se suma al esperpento. Es hora de preguntarse ¿es este el mejor poema del libro o sólo el más corto, el que cabía en el anuncio? No, no es hora de preguntarse, es hora de leer a Pessoa, a Cernuda, a Daudet, a Martí...
... O la guía telefónica, que por lo menos rima.
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