Queridos amigos, os invito a transitar juntos mi blog.

Ven, vagamente,
ven, levemente,
ven solo, solemne, con las manos caídas
a tu lado, ven
y trae los montes lejanos junto a los árboles próximos,
funde en un campo tuyo todos los campos que veo,
haz de la montaña un bloque sólo de tu cuerpo...

(Fernando Pessoa)

01 junio 2014

Un gil

Lo dice el tango no por casualidad titulado “Fangal”:

“Fui un gil,
porque creí que allí inventé el honor.
Un gil
que alzó un tomate y lo creyó una flor.
Y sigo gil…”.
 
Una amiga, verdadera poeta, responde a la pregunta que, en mi enciclopédica ignorancia, me hacía yo sobre el último premio Hiperión en una entrada de este blog. Mi amiga me dice:

“He leído tu blog y respondo a tu curiosidad de saber si era una inocentada, si el resto de poemas son mejores o peores.


(La autora) es hija del asesor del festival internacional de poesía de granada (sí, en minúsculas en vista de tanto enchufismo) y director de una colección de poesía...

Me vuelvo a los cancioneros medievales para seguir escribiendo”.


Puestos a tanguear metamos aquí entero “Cambalache” aunque el siglo veinte ya haya sido tan superado por este veintiuno:


“Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseados.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso, estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.

¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclaos con Stavisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto a un calefón.

Siglo veinte, cambalache
problemático y febril...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...!
¡Dale, que va...!
¡Que allá en el Horno
nos vamo’a encontrar...!
No pienses más; sentate a un lao,
que ha nadie importa si naciste honrao...
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley...”

Y adiós, completamente gil, con el tango “Las cuarenta”


“Con el pucho de la vida apretado entre los labios,
la mirada turbia y fría, un poco lerdo el andar,
dobló la esquina del barrio y, curda ya de recuerdos,
como volcando un veneno esto se le oyó acusar.

Vieja calle de mi barrio donde he dado el primer paso,
vuelvo a vos, gastado el mazo en inútil barajar,
con una llaga en el pecho, con mi sueño hecho pedazos,
que se rompió en un abrazo que me diera la verdad.

 Aprendí todo lo malo, aprendí todo lo bueno,
sé del beso que se compra, sé del beso que se da;
del amigo que es amigo siempre y cuando le convenga,
y sé que con mucha plata uno vale mucho más.

Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!

La vez que quise ser bueno en la cara se me rieron;
cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar;
la experiencia fue mi amante; el desengaño, mi amigo...
Toda carta tiene contra y toda contra se da!

Hoy no creo ni en mí mismo. .. Todo es grupo, todo es falso,
y aquél, el que está más alto, es igual a los demás...
Por eso, no has de extrañarte si, alguna noche, borracho,
me vieras pasar del brazo con quien no debo pasar”.

 
 
 


 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vergonzoso... as usual
Injusto... as usual
Frustrante... as usual
Desalentador... as always
kxx

Anónimo dijo...

No soy la Blancanieves
de látigo húngaro,
de katana japonesa,
y de puño americano.

La princesa de voz agria
de tez clara,
de borrachera eterna,

Blancanieves sin
madrastra,
con falsos dientes
y katana.
Salvador N.(poeta leonés).