Compartimos con vosotros una
pequeña muestra de sus grandes poemas.
Pero antes queremos aquí
agradecer expresamente las palabras introductorias de Carlos Blanco Pérez,
filósofo, egiptólogo y, en definitiva, erudito en la más amplia y digna
acepción de la palabra. Su intervención elevó la altura de Madrid unos buenos
cientos de metros.

Gracias a todos. Gracias a ese lujo hospitalario que es el Maria Pandora.
Gracias a los que queríais venir y pudisteis hacerlo. Gracias a los que no
pudisteis venir pero queríais de verdad y lo intentasteis hasta el último
momento. Y gracias a los que pudisteis venir y no quisisteis hacerlo, porque quien
no merece la luz, viva en la sombra y con él se la quede.
I
Cuando me conociste yo era el héroe
que borracho disparaba a los concursantes
de televisión con
un océano esquilmado y nocturno en que
siempre llovía.
Ahora soy el que ha cruzado años de
invierno
y camina hacia el alba tendiéndote la mano.
VIII
Me alegro seriamente
y metódicamente sufro.
Voy y vengo de parajes
donde las olas dejan carcajadas de
espuma.
Me dejo hervir en sobres de ginebra
caduca
junto a beatos, asnos y gorriones,
skinheads, viejas glorias del boxeo,
actores en paro y porteros alcohólicos.
La miel se derrama sobre nuestras
cabezas,
el llanto de los niños asusta a las
bestias
y las serpientes, sigilosas, se deslizan.
Pero yo volaré sobre esta sábana
sobre los océanos sobre los desiertos
sobre todas esas cosas perfumadas
de palabras no dichas.
y… adiós cuerpos puros.
Adiós, sílabas.
SALMO FINAL
Dios mío conozco el pecado,
conozco la herrumbre que deja entre los
dedos y debajo de
la lengua.
Da Dios fe y esperanza
a esta vida destrozada de belleza
quebradiza.
Dame humildad y no humillación,
da utilidad a mi dolor.
Dame carácter y ternura,
dame un beso en la frente
porque me estoy desangrando
de una sangre que no salva.
Dios dame una certeza,
un piso donde pisar
que llevo toda la vida buscando,
que no bebo más que de mi sed
y no soy más firme que el aire.
No tengo donde agarrarme todo es de
fuego.
Dios dame un minuto de paz.
Hazme capaz de amar otra vez.
Protégeme de la ira de las horas,
lava la arena oscura de mis pecados.
Protégeme de mí mismo,
ayúdame a comprender.
1 comentario:
Simplemente sensacional...
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